Melinda Gordon (Jennifer Love Hewitt) es una joven de la ciudad de Grandview, Nueva York, que tiene la capacidad de ver y comunicarse con los muertos. Melinda vive con su esposo, Jim Clancy (David Conrad) y más tarde con su hijo Aiden (Connor Gibbs). Ella es dueña de una tienda llamada Igual que Nunca Fue. Cada fantasma busca la ayuda de Melinda para transmitir un mensaje o completar una tarea que tranquilizará su espíritu y les permitirá cruzar hacia la luz. Aquellos que murieron con asuntos pendientes se vuelven terrenales y no pueden cruzar, y Melinda, como su representante terrenal, los ayuda a encontrar la paz. El espectáculo no presenta a los fantasmas como si hubieran pecado; más bien es la propia culpa de los espíritus lo que los condena, y su propio miedo al juicio lo que les impide cruzar a la otra vida.